LO QUE CREEMOS
El latido de nuestro corazón es ofrecer "El lugar de los nuevos comienzos" a las personas que buscan un nuevo comienzo. EstarÃamos encantados de que se una a nosotros mientras exaltamos a nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, en alabanza y adoración. Estamos ansiosos por conocerte e incluirte en las cosas maravillosas que Dios está haciendo aquÃ.

SOBRE LA BIBLIA
La Biblia es la Palabra inspirada de Dios. Es infalible y contiene las claves de la salvación y de toda la vida cristiana. (Juan 5:39; Mateo 24:35; II Timoteo 3:15-16; II Pedro 1:21)
SOBRE DIOS
Hay un Dios. Él se ha revelado como Padre, Hijo y EspÃritu Santo. (Deuteronomio 6:4; Efesios 4:4-6; Colosenses 2:9)
JESÚS ES LA CARNE DE DIOS
El único Dios verdadero se ha dado a conocer al mundo en el hombre, Jesucristo. Jesús es Dios vestido de carne. Dios tomó sobre sà mismo la forma de hombre. En Él (Jesús) habita toda la plenitud de la Deidad en forma corporal. Jesús, en Su humanidad, era un hombre (el hijo de Dios). En Su deidad, Él era y es Dios. (IsaÃas 9:6; Juan 8:58; Juan 14:8-11; Colosenses 2:9-10; I Timoteo 3:16)


SALVACIÓN
La salvación viene por gracia a través de la fe en Jesucristo, hecha posible por la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. En obediencia a Su Palabra, debemos arrepentirnos de nuestros pecados, ser bautizados en agua en el nombre de Jesucristo para la remisión de nuestros pecados y recibir el don del EspÃritu Santo con la evidencia inicial de hablar en otras lenguas (otro idioma ). Esto cumple lo que Jesús le dijo a Nicodemo cuando dijo que es necesario nacer de nuevo del agua y del EspÃritu para entrar en el Reino de Dios. Pedro predicó este mensaje de salvación en el libro de los Hechos cuando el EspÃritu Santo fue derramado por primera vez el dÃa de Pentecostés, el comienzo de la era de la Iglesia. (Efesios 2:8; Hebreos 5:9; I Corintios 15:1-4; Juan 3:3-5; Hechos 2:1-4; Hechos 2:37-39; Hechos 5:32; Hechos 10:44- 48; Hechos 19:1-6)
MILAGROS Y SANIDAD DIVINA
Dios todavÃa sana, libera y obra milagros hoy, como lo hizo en Su ministerio terrenal y en la Iglesia primitiva. Como Sus hijos, tenemos el derecho de presentarnos confiadamente ante el trono de la gracia y confiar en Él para nuestras necesidades en el nombre de Jesús. (Hebreos 4:16; Mateo 8:2-3; Marcos 4:39; Marcos 5:1-15; Marcos 5:22-42; Hechos 16:25-26; I Juan 5:14-15)
